El año pasado cuando viaje a Jerusalén con mi familia fuimos a Misa en esta hermosa comunidad. Fue una experiencia maravillosa!
Como judía y católica estar en una Misa en hebreo fue la perfecta Completud. Sentía como si estaba en una sinagoga en un Shabat, con los cantos en hebreo, con el sonido del órgano, pero con el infaltable «extra» de la Sagrada Eucaristía.
Y además la consagración y comunión el Padre la hace con Matzá (pan ácimo que se come durante la Pascua Judía). Esos sabores de la Matzá y el vino, que reviven sensorialmente en mi cuerpo todos los Pesaj celebrados a lo largo de mi vida, poder sentirlos en una Misa, recibiendo a Dios en su Real presencia, fue uno de los momentos más hermosos de mi vida.
Recomiendo si van a Jerusalém, buscar esta comunidad que además es muy cálida, y comparten momentos juntos después de la Misa los domingos.
En este video se muestra un poco de la celebración y la comunidad.