Se acerca la época más importante del año para quienes creemos en Jesús.

Es una época de gran intensidad, de un profundo camino interior y de grandes transformaciones para muchos.

Transitamos la cuaresma, acercándonos a este momento fundamental para todo cristiano. Sin Pascua, sin Resurrección, no hay ninguna base tan sólida para creer en Jesús como mesías.
NOTA: ya que dar razones para creer en Jesús no es el eje de este artículo, si te interesa conocerlas visita este enlace haciendo clic acá.

Y en el tránsito hacia la celebración de este «tiempo sagrado», las lecturas litúrgicas apuntan a preparar nuestra mente y nuestro corazón para ir comprendiendo algo de este maravilloso e inagotable misterio.

Sin embargo, como Judía Católica, éste es un momento complejo, con sentimientos encontrados. Si bien es apasionante y transformador, es duro escuchar muchas de las lecturas de los Evangelios de esta etapa. Tanto las que vienen antes de la Pascua como las posteriores.

Los evangelios de esta época y el Judaísmo

Soy una admiradora del Evangelio de San Juan y me encanta leerlo y releerlo. Aún así, es muy diferente cuando lo escucho al sacerdote leerlo en la Misa delante de otras personas…

…personas que quizás no tienen un conocimiento completo de toda la historia, sabiendo del judaísmo y de la religión a la que también pertenecían los apóstoles.

Por ejemplo: cito una parte de la lectura del Evangelio de estos días:

El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.  (Jn 5,1-3.5-16)

Otra parte de otra lectura:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo» Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios. (Jn 5,17-30):

Lo mismo para las lecturas post-Pascua, donde se cuenta lo que pasaba con los apóstoles, que estaban escondidos “por temor a los judíos”…

Y entonces?

No estoy de acuerdo con el extremismo actual de ser «políticamente correcto». No estoy de acuerdo con que no se puede ofender a nadie bajo ningún concepto, ni decir nada que pueda, de algún modo, herir la sensibilidad de otra persona. No estoy de acuerdo que nos traten como si no fuésemos adultos capaces de hacer un análisis más amplio de las cosas o entrar en conversación con quien opina de modo diferente.

Por eso, no pretendo ni que se tergiversen los hechos ni “ablandarlos” o suavizarlos, recreando una historia que no fue tal. Pero sí quiero que se tenga una mirada completa. Como pasa con casi el 100 por ciento de todas las cosas, necesitamos del contexto de los hechos para poder comprenderlos acabadamente. Con la sabiduría de ver la realidad tal cual es. Y para eso necesitamos conocerla, abarcarla más allá de una lectura minimalista.

Por supuesto que para dar esta «mirada amplia» de las lecturas pre y post-cuaresma, están los sacerdotes (con quienes cuento) para aclarar con las homilías a los laicos presentes que no conocen todos los hechos…

…para que sepan que, si bien es cierto que algunos judíos querían matar a Jesús porque lo consideraban un blasfemo por ponerse a la misma altura que Dios (entre otras cosas), una gran parte de ellos eran sus principales (y primeros) admiradores y seguidores.

Y casi todos ellos fueron «más allá.» “Lo amaron hasta el extremo” y gracias a ellos hoy tenemos lo que conocemos como el cristianismo. (No está demás aclarar que José y María eran grandes observantes del judaísmo.)

Los apóstoles, quienes estaban ocultos por “temor a los judíos”, posiblemente celebraban el Shabat y otras de las costumbres propias del judaísmo que amaban y profesaban. Ese mismo judaísmo que los llevó a abrir su corazón y entender que Jesús era quien la Torá y los profetas anunciaron por tanto tiempo.

Sólo Dios conoce el interior de cada ser humano y los tiempos que tiene cada uno para poder verlo, conocerlo y amarlo.

Por eso fue necesario (y así estaba profetizado) que algunos judíos reconocieran que Jesús era el Mesías prometido, mientras que otros judíos debían rechazarlo y seguir con su judaísmo tal cual lo conocían.

Gracias a esta «bifurcación» (entre otras cosas) el Evangelio pudo ser conocido y  llevado hacia lugares que quizás de otro modo no hubiera llegado. Dios siempre actúa a través de los hechos, y saca bien hasta de terribles acontecimientos que nosotros no podemos comprender.  Su obrar es un misterio inabarcable y eso, a la vez, hace apasionante tratar de descubrirlo, encontrarlo detrás de cada detalle, obrando en silencio pero con impacto infinito…

Que esta Pascua los cristianos sepan descubrir esa «mirada amplia», ese contexto de las lecturas de esta etapa para comprender más profundamente los hechos relatados, descubrir aún más a Jesús y  reencontrarse con raíces desconocidas. Y que así, mientras más profundicen su lazo con el mundo judío, más descubran su propia identidad cristiana.

    2 replies to "Las Pascuas y el judío en la Iglesia Católica"

    • Carlos Hernández Cabrera

      Los evangelios son «buenas noticias» y no un reportaje histórico. Mirar con amplitud exige tener mente abierta y acusiosa, para entender la universalidad de Jesús, como Pablo de Tarso. Soy cristiano y un abrazo en esta Pascua a los hermanos judíos, shalom.

    • Mario Alfredo Perez

      Muy bien dicho hermana Catolica-Judia, has expresado muy bien el hecho que el Cristianismo tiene sus orígenes en el Judaísmo y que los primeros seguidores de Jesús eran Judíos, temerosos del Dios de Abraham, es decir de Yahveh el Dios de Israel, así como el mismo Jesús era Judío; así como el mismo Jesús dijo: «La salvación viene de los Judíos» y «No he venido a abolir la ley y los profetas, si no a darle plenitud»

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